Monday, December 19, 2011

El intercambio más bello

Lo maravilloso del Cristianismo es que cuando vienes a los pies de Cristo, cuando te arrepientes de tus pecados, no importa lo que tú hayas hecho en el pasado. En el instante que pones tú fe en Jesús, eres una nueva criatura,  haz pasado de muerte a vida. Esto es una realidad poderosa que a la misma vez te libera. Cuando Jesús dice que eres libre en él, entonces eres realmente libre. No tienes porque estar recordando tus fallas en el pasado.

El tornará, él tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.” – Miqueas 7:19

¿Te das cuenda de la imagen que Dios usa en estos versos? Tus pecados son arrojados en lo profundo del mar. En otras palabras, ya no están en la presencia de Dios acusándote, es más Dios mismo dice que él ni se acuerda de tus pecados. (Isaías 43:25)

Esta noticia es tan maravillosa que a veces es difícil de creer. Llegamos a pensar que es muy fácil y que a lo mejor tenemos que hacer penitencia o algo parecido. Pero ahí es donde muchas personas se equivocan. Nuestra salvación no fue nada fácil, es más, Jesús Cristo, el hijo de Dios  tomó nuestros pecados en él y fue crucificado en nuestro lugar. Esto es lo que algunos teólogos llaman “El Intercambio Bello”, Cristo siendo puro y perfecto, en la cruz intercambió su perfección por nuestra maldad, y a su vez nos arropó con su pureza. Fue crucificado y muerto, pero ahí no termina la historia. Al tercer día fue resucitado de entre los muertos y vive, sentado a la derecha de Dios Padre.

No tenemos que hacer penitencia, porque si así fuera, entonces llegaríamos al cielo por nuestro propio merito, y eso es imposible. Nuestra salvación es gracias a lo que ya Cristo hizo en la cruz por nosotros. El intercambio es en realidad bello, es mucho más de lo que nuestras palabras pueden decir.